La historia de los billetes en México se remonta hacia principios del siglo XIX, donde comenzaron a surgir las primeras piezas en un intento de estabilizar la economía del país recién independizado. A continuación, se detallan los eventos más importantes, aquellos que marcaron la historia de los billetes mexicanos.
Antecedentes del billete mexicano
En 1810 dio inicio “La Independencia” de México, una lucha armada llevada por un grupo de mexicanos en contra del dominio español en la Nueva España.
Durante la guerra, la mayoría de los españoles regresaron a su país con sus fortunas, además, las minas que eran indispensables para la producción de monedas, fueron saqueadas y su producción se redujo. Todo esto provocó una profunda crisis económica y un desabasto de monedas metálicas en todo el país, creando un desorden político, social, pero sobre todo económico.
Debido a la necesidad de contar con un medio de pago, surgieron una gran cantidad de monedas de “necesidad”, con un pobre diseño y en su mayoría echas de plata y cobre (metales más accesibles).
En 1813 aparecieron unas piezas de cartón que fueron emitidas en San Miguel el Grande, Guanajuato. Estaban escritos a mano con tinta negra, tenían denominación de medio real (moneda de la época) y contaban con las firmas de “González”, “Malo” y una tercera ilegible. Se cree que estas firmas pudieron pertenecer a comerciantes, funcionarios u oficiales. Estas piezas son reconocidas como los antecedentes más antiguos de los billetes mexicanos.
El billete del Primer Imperio
Al consumarse la Independencia en 1821, México adoptó un gobierno monárquico encabezado por Agustín de Iturbide, aunque después de 11 años de guerra, este iniciaría sus funciones con una economía en pésimas condiciones, donde la agricultura y la minería estaban en decadencia.
Para resolver la situación, Iturbide aplicó distintas estrategias como conceder facilidades a la producción minera, recurrir a préstamos, reducir los impuestos, entre otros proyectos. No obstante, estas medidas no funcionaron y lo desprestigiaron como emperador.
Uno de esos proyectos fue crear una institución encargada de emitir billetes; se denominaría “Gran Banco del Imperio Mexicano”, sin embargo, se rechazaría y tras esta idea no habría mucho interés en la creación de un banco central.
Hacia finales de 1822 se decidió poner en circulación billetes con carácter legal y que serían de circulación nacional. Estos tenían un diseño con la denominación en la esquina superior izquierda, un número de folio en la esquina superior derecha, en medio el escudo del Imperio Mexicano y la leyenda:
“el imperio mexicano promete pagar esta cantidad de 1 peso con el arreglo del decreto de 20 de diciembre de 1822, sobre este asunto. México 1° de enero de 1823”
Debajo de la leyenda tenía las firmas del ministro de Hacienda, el tesorero general y el contador general.
Estos billetes fueron rechazados por el público, ya que las personas los miraban con desconfianza y estaban más acostumbradas al uso de monedas, por lo que la economía mexicana continúo dependiendo de valor metálico.
Billete republicano
Tras el fracaso imperial, en 1823 México se constituyó como una República Federal. El nuevo régimen trató de corregir los errores del Imperio y de ganar la confianza del público en los manejos financieros del gobierno. Una de las acciones que tomaron fue el retiro de la circulación de los billetes imperiales.
Sin embargo, las condiciones del país eran difíciles y se decidió emitir nuevamente papel moneda para el financiamiento estatal. Para intentar frenar el rechazo popular hacia estos nuevos billetes, se imprimieron bulas papales en el reverso de estos; es decir, textos religiosos que llevaban el sello del Papa. Con esto, se esperaba obtener la aceptación del pueblo mexicano por su religiosidad.
Sin embargo, el nuevo billete republicano tuvo la misma suerte que el billete imperial. No se ganó la confianza del público y pronto tuvo que ser retirado de circulación.
El banco de Londres, México y Sudamérica
Después de los fracasos monetarios del Imperio y de la República, pasaron varias décadas para que regresara la emisión del papel moneda en México. En 1864, durante el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, se retomó el proyecto, pero bajo condiciones distintas.
El responsable de la emisión sería un banco privado, El Banco de Londres, México y Sudamérica, y los billetes serían de aceptación voluntaria. En esta ocasión, la aceptación fue exitosa, incluso llego a ser en ciertos medios más preferido que las monedas.
Esto se debió a que las personas tenían más confianza en este nuevo emisor, además que los diseños estaban familiarizados con elementos mexicanos, por lo cual tuvo mejor aceptación. En total este banco emitió 5 series entre los años 1865 a 1914, encargados a diferentes compañías de impresión en el mundo, además de las impresiones en sus sucursales estatales.
Banca privada y el porfiriato
Durante el gobierno del general Porfirio Díaz se estableció un nuevo y bien organizado sistema bancario. Uno de los cambios destacables fue el cambio del real mexicano al peso mexicano en 1887, en el cual ocho reales equivalían a un peso, además se creo el Banco Nacional de México, encargado de la emisión de billetes entre sus tareas.
Con el esplendor económico del porfiriato, se propició la creación de bancos privados que emitirían sus propios billetes, estos iban desde simples bancos regionales (estatales) hasta los grandes bancos extranjeros. Algunos de estos eran el Banco de los empleados, Nacional Monte de Piedad, Banco Internacional é Hipotecario de México, Banco Mercantil Mexicano, entre otros.
Los billetes, en su mayoría, era impresos en el extranjero, pues México aún no contaba con la tecnología suficiente para emitirlos; imprentas como Bradbury, Wilkinson & Company, American Book & Printing, y en especial la American Bank Note Company se posicionaron entre las principales compañías emisoras.
Bajo este esquema, cada estado de la República contó, al menos, con un banco privado emisor de billete, además del Banco Nacional de México que estaba presente en toda la República y el de Londres y México, cuya concesión fue ratificada, únicos dos bancos con circulación nacional.
De este modo, México adoptó al billete como medio de pago de aceptación generalizada. Incluso, algunas empresas locales imprimieron sus propios billetes para ser entregados a los trabajadores y ser canjeados.
El billete durante la Revolución Mexicana
Años después, un nuevo conflicto armado alteró el orden económico y social del país, la Revolución Mexicana de 1910, cuyo objetivo era la destitución del presidente Porfirio Díaz.
Después de algunos meses de guerra civil, en 1911 Diaz huyo del país y con su partida Francisco I. Madero tomo la presidencia de la república. Sin embargo, hacia 1913 el general Victoriano Huerta, a través de un golpe de estado, destituyó y asesinó a Madero, sumiendo aún más al país en el caos político y económico.
Huerta ordenó a los bancos a emitir grandes cantidades de billetes sin ningún respaldo, haciendo que este se depreciara aceleradamente y desmoronando al sistema bancario mexicano.
La falta de efectivo obligó a autoridades municipales, a comerciantes, mineros y hacendados a emitir piezas de necesidad, algunas de excelente calidad, pero otras de burda manufactura. A estas piezas se les conocía como “bilimbiques”, debido a la dificultad de los mexicanos en pronunciar el nombre de William Week, pagador de la mina Green de Cananea que utilizaba vales de papel para sus pagos. La falsificación masiva de estas piezas contribuyó a acrecentar el problema monetario de México y desacreditar de nuevo el papel moneda.
Además el ejercito constitucionalista al mando de Venustiano Carranza, que se había formado para hacer frente al gobierno de Huerta, también emitieron sus propios billetes de emergencia.
A mediados de 1914 Huerta huyo del país y el ejercito constitucionalista tomo el poder como un gobierno provisional, rápidamente comenzaron a emitir una nueva serie de billetes que llevaban la leyenda: “Gobierno provisional de México”. Estos se emitieron durante 1914 a 1916.
Hacia 1915, con el ejército constitucionalista en el poder, estos decidieron emitir un nuevo billetes para evitar los problemas de falsificación de los otros, ornando su fabricación a la American Bank Note Company. Estos billetes se les conocía como “infalsificables”. Sin embargo, ese mismo año sufrieron una devaluación fulminante, siendo totalmente inutilizables.
El Banco de México
Hacia 1916, con el objetivo de poner en orden a la economía mexicana se creo la Comisión Monetaria, cuya tarea principal fue regular la circulación monetaria y hacer frente los problemas derivados de la emisión no controlada de billetes revolucionarios. Incluso hacia 1920 llego a emitir algunos billetes con la leyenda Comisión Monetaria, aunque solo durarían algunos meses en circulación.
A principios de 1917 tras la promulgación de Constitución Política, se decidió establecer que la emisión de billetes correspondería a un banco único bajo control del gobierno, así 8 años después en 1925 se creo el Banco de México, con el objetivo de estabilizar la economía y unificar la emisión de billetes, además de encargarse de la regulación de la circulación monetaria, las tasas de interés y el tipo de cambio.
Durante sus primeros años el prestigio del Banco creció y tuvo un éxito razonable, sin embargo, la circulación y aceptación de sus billetes fue débil, ya que restaurar la confianza de los usuarios fue uno de los principales problemas.
No fue sino hasta la recuperación de la economía después de las crisis económicas de 1929 y 1930, además de unas nuevas reformas que flexibilizaron las reglas para la emisión de billetes, que se arraigó en definitiva al papel moneda como el principal instrumento de pago en el país.
La American Bank Note Company de Nueva York (ABNC)
Los primeros billetes del Banco de México fueron impresos por la American Bank Note Company de Nueva York (ABNC), empresa escogida por su alta calidad en el trabajo de papel moneda. Esta primera serie estuvo en circulacion entre los años 1925 a 1934.
Estaba compuesta por billetes de $5, $10, $20, $50, $100, $500 y $1,000 pesos, con un tamaño de 180 x 83 mm. Eran conocidos popularmente con el nombre de los “anchos” o “grandes” debido a sus amplias medidas.
Posteriormente, de 1936 a 1942, se emitió una segunda serie de billetes, cuyo tamaño fue reducido a 157 x 67 mm. Solo se cambiaron los diseños de los billetes de $50 y $100 pesos, en el anverso del billete de $50 pesos aparecía Ignacio Zaragoza y en el billete de $100 pesos, Francisco I. Madero.
Serie AA de la American Bank Note Company
Al mismo tiempo de la segunda serie, se puso en circulación una tercera serie de billetes de 1936 a 1978, con las denominaciones de $1, $5, $10, $20, $50, $100, $500, $1,000 y $10,000 pesos. Sus medidas eran de 67 x 157 milimetros.
La novedad fue la inclusión del billete de $10,000 pesos y $1 peso, el único de esta denominación que ha emitido el Banco de México en toda su historia.
Todos los billetes emitidos por la American Bank Note Company para el Banco de México se asemejaban en su diseño a los dólares estadounidenses, ambos eran monocromáticos y con una efigie en el centro rodeada de un arco.
Fabrica del Banco de México
En 1969, se abrió un nuevo capítulo en la historia de los billetes mexicanos, en ese año inició sus actividades la fábrica del Banco de México surgiendo así una nueva generación de billetes hecha con el respaldo tecnológico más avanzado de su momento.
Familia AA del Banco de México
Los billetes de esta familia fueron los primeros en fabricarse por el Banco de México, estuvieron en circulación entre los años 1969 a 1979, pero siendo desmonetizados hasta 1992. Estaban hechos de papel algodón y tenían las siguientes denominaciones: $5, $10, $20, $50, $100, $500 y $1,000 pesos.
Tenían medidas similares a la serie anterior de la ABNC, además de las mismas denominaciones, exceptuando las denominaciones de $1 y $10,000 pesos. Sin embargo los diseños de los billetes cambiarían totalmente, apareciendo personajes históricos como Josefa Ortiz de Domínguez, Miguel Hidalgo, José María Morelos, Benito Juárez, Venustiano Carranza y Sor Juan Inés de la cruz.
Familia A
Durante los años 70′ México atravesó un periodo de devaluación que afecto la capacidad de compra de las personas, ya que el dinero perdía cada vez mas valor al pasar el tiempo y las compras comenzaron a realizarse con pagos en miles de pesos.
Por lo cual los billetes de baja denominación de la serie AA del Banco de México eran menos impresos hasta ya no volver a producirse, ya que valían menos, siendo cada vez mas utilizados los de mayor denominación. Sin embargo llegó un punto que la inflación era tanta que debieron producirse billetes de denominaciones cada vez más alta. Así se empezó a emitir la serie de billetes A, entre los años de 1980 a 1990.
Sus denominaciones fueron: $2,000, $5,000, $10,000, $20,000, $50,000 hasta llegar a los $100,000 pesos, todos estos con medidas de 157 x 67 milímetros. No todos fueron emitidos a la vez, sino que conforme la inflación se fue elevando fueron saliendo las denominaciones mas altas.
Familia B
El 18 de junio de 1992 se estableció que a partir de 1993 se emplearía una nueva unidad monetaria llamada “Nuevo Peso”, el cual tendría como base de cambio $1,000 pesos por cada nuevo peso. Esta nuevo unidad seria identificada con el símbolo “N$” o anteponiendo la palara “Nuevo”.
Para cumplir con este decreto, el Banco de México emitió una nueva serie de billetes en las denominaciones de $10, $20, $50 y $100 nuevos pesos en los que aparece el adjetivo “Nuevo” antepuesto al nombre de la unidad. Todos los billetes de esta familia miden 67 x 157 milímetros, cuya medida había sido el estándar por años. Está fue la última familia de billetes en usar estas dimensiones y que todos los billetes tengan las mismas dimensiones.
Familia C
Un año después, en 1994 ante la adaptación de las personas a este nuevo sistema monetario,, se puso en circulación una nueva emisión de billetes con nuevos diseños y medidas conocidos como familia C.
Tenia las denominaciones de $10, $20, $50, $100, $200 y $500, fabricados en dos tamaños, para las denominaciones bajas ($10, $20 y $50) las medidas eran de 129 x 66 mm y para los otros de 155 x 66 mm.
Estos billetes, así como los de las siguiente familias, aun son validos para realizar transacciones, aunque actualmente se encuentran en proceso de retiro, es decir, cuando llegan a los bancos, estos los separan y los envían al Banco de México para dejarlos fuera de circulación
Familia D
Para 1996, consolidado el cambio al nuevo peso, se decidió emitir una nueva serie de billetes donde se eliminaría el adjetivo “Nuevo” y se regresaría al término “Pesos”. Esta serie es conocida como familia D y estuvo vigente de 1996 al 2001.
Al ser una copia de la familia anterior, estos nuevos billetes mantuvieron los mismo diseños y dimensiones, ademas de eliminar la leyenda “Pagará a la vista al portador” del encabezado. En esta emisión, se imprime por última vez el billete de $10 pesos (MXN) en 1997, ya que era un gasto muy grande e innecesario su producción siendo ya existentes las monedas de la misma denominación.
Conmemorativos
Por la celebración de 75 años desde la fundación del Banco de México se imprimieron unos billetes idénticos a los billetes comunes tipo D, con la única diferencia de tener la leyenda “75 aniversario del Banco de México”.
D1
La última denominación de la familia D1 fue de 1,000 pesos. Se puso en circulación a partir del 15 de noviembre de 2004 y se imprimió en papel de algodón.
A partir del 30 de septiembre de 2002, se pusieron en circulación billetes de 20 pesos impresos en polímero en lugar de papel. El polímero, por ser un material más durable, se incorporó en estos billetes de baja denominación, ya que son los que se deterioran con mayor rapidez. Estosbilletes también se elaboran en la Fábrica de Billetes del Banco de México y, en apariencia, son similares a los de papel, pero cuentan con una característica distintiva de seguridad: una ventana transparente.
Posteriormente, en octubre de 2001 se puso en circulación una nueva emisión de billetes(conocida como familia D1). Esta serie conserva los mismos diseños pero incorpora nuevos elementos de seguridad, además de los ya existentes. Esta emisión se sumó a los billetes en circulación en las denominaciones de 50, 100, 200 y 500 pesos.
Familia F
La familia F de billetes presenta cambios en los elementos de seguridad, en los colores y tamaños. Cada denominación es de un color diferente para que el público pueda diferenciarlos fácilmente. Los billetes son de tamaño distinto para ayudar a los invidentes a identificar las diferentes denominaciones; todos miden 66 mm de ancho y varían en el largo. El billete de más baja denominación (20 pesos) es el más pequeño con 120 mm, y el de más alta (1,000 pesos) es el más largo con 155 mm. Entre cada una de las seis denominaciones (20, 50, 100, 200, 500 y 1,000) se mantiene una diferencia de 7 mm. Los billetes de 20 y 50 pesos se imprimen en polímero mientras que el resto se imprime en papel de algodón.
A partir del día 6 de mayo de 2013, el Banco de México puso en circulación un nuevo billete de 50 pesos que incorpora elementos de seguridad novedosos realizados con la más avanzada tecnología y otras variantes respecto del billete de la familia F de la misma denominación. Este nuevo billete, al igual que su antecesor, está impreso en sustrato de polímero; su color predominante es el magenta, tiene las mismas dimensiones: 66 mm de alto por 127 mm de largo, y conserva como motivo principal en el anverso la efigie de José María Morelos y Pavón.
Dentro de la familia F de billetes también se encuentran billetes de emisión única. Se trata del billete de cien pesos, conmemorativo del Centenario del inicio de la Revolución Mexicana (impreso en polímero); del billete de 200 pesos, conmemorativo del Bicentenario del inicio de la Billetes de 20 pesos (D1, polímero) y 1,000 pesos (D1, papel).
Conforme se vayan deteriorando, los billetes conmemorativos se irán retirando de la circulación. El hecho de haber emitido pocas piezas es una invitación al público para conservarlos por su excelente diseño y calidad.
El Banco de México decidió experimentar con la emisión de billetes impresos en polímero con el fin de extender la vida útil de los billetes de mayor circulación y dificultar su falsificación. El primer billete en imprimirse en este material fue el de $20 pesos (MXN), usando el mismo diseño del billete tipo D correspondiente, con pequeños ajustes para acomodar las características de seguridad propias de la nueva técnica. Los de 20 fueron impresos de 17 de mayo de 2001 al 9 de noviembre de 2005.
El resto de las denominaciones continuaron imprimiéndose en papel, pero incorporando hasta tres características de seguridad nuevas:
Una Banda iridiscente con la denominación impresa que cruza el billete en forma vertical.
Un numeral impreso en tinta ópticamente variable que cambia de color según el ángulo de visualización.
Marcas en relieve para identificación por personas invidentes.
En 2006 el diseño de los billetes cambió, debido a las siguientes razones:
Dificultar la falsificación de los billetes.
Facilitar a los invidentes la identificación del valor del billete.
Por la primera razón, el Banco de México agregó nuevos elementos de seguridad:
Elementos que cambia de color. Todas las Denominaciones.
Hilo 3D, con símbolos de Caracoles del respectivo color predominado del billete. Denominaciones:$100, $200, $500 y $1000
Ventana transparente. Denominaciones:$20 y $50
Se introdujo el primer billete de $50 el 21 de noviembre del 2006, para continuar con el billete de $20 el 20 de agosto del 2007, los de $200 se pusieron en circulación el 8 de septiembre de 2008, los de $100 el 9 de agosto del 2010 y los billetes de $500 el 31 de agosto de 2010.
Los billetes de $20 y $50 son de polímero, mientras que los de $100, $200, $500 y $1000 son de papel de algodón.
Familia G
El 27 de agosto de 2017, se puso en circulación el billete de 500 pesos de la familia G, el primero de una nueva familia de billetes con mejoras en sus características de seguridad, funcionalidad y durabilidad. Los motivos temáticos representados en los diseños aludirán a los procesos históricos que nos han definido como nación, y por primera vez, enfatizarán la riqueza natural que se encuentra distribuida a lo largo del territorio nacional. En los anversos, en cada denominación se representará uno de los siguientes procesos históricos: el México Antiguo, la Colonia, la Independencia, la Reforma y la Restauración de la República, la Revolución y el México Contemporáneo.
En los reversos, se plasmarán los seis ecosistemas más representativos de nuestra geografía: ríos y lagos, bosques templados, selvas secas, matorrales y desiertos, costas, mares e islas, y selvas húmedas, a través de sitios reconocidos en la lista del “Patrimonio Mundial” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). También en el reverso de cada billete de la familia G habrá un elemento de fauna y flora identificado con cada uno de los seis ecosistemas.
Los billetes de la familia G miden 65 mm de ancho y tienen una variación de 7 mm de longitud entre una y otra denominación consecutiva. El billete de 500 pesos mide 146 mm de largo, y el de 200 pesos mide 139 mm; ambos se imprimen en papel de algodón.
Conmemorativos
El Banco de México puso en circulación, el 23 de septiembre, 50 millones de billetes de 200 pesos conmemorativos del Bicentenario de la Independencia de México, y 50 millones de 100 pesos para festejar el Centenario de la Revolución Mexicana. Como dato curioso, en el reverso de este billete existe un error de impresión en la frase “Sufragio Efectivo, no Reelección” pues dice “Sufragio Electivo Y no Reelección”.3
En 2017 se lanzó un nuevo billete conmemorativo del Centenario de la Promulgación de la Constitución mexicana, 1917-2017.
Cabe señalar que estos billetes conmemorativos no fueron hechos con sustituir ningún billete, sino que fueron hechos para coexistir con los otros billetes, y el Banco Central los retira cuando concluyen su vida útil.
En 2018 en adelante comenzó la producción y puesta en circulación de la nueva familia de billetes denominada “Identidad histórica y patrimonio natural”, siendo un cambio completo en el diseño de los mismos, pues desde 1994 con la Familia C de billetes se mantuvo la efigie y el color predominante en todos los billetes, únicamente llevando a cabo nuevos diseños. a esta familia le incorporaron el “Hilo Dinámico” remplazando al “Hilo 3D” de la familia anterior. Las principales razones para este cambio son:
Incorporación de nuevas medidas de seguridad para dificultar la falsificación de los billetes.
Exaltar los procesos históricos del país, así como el patrimonio natural y cultural.
Facilitar a los invidentes y personas débiles visuales la identificación del valor del billete.
El Banco de México agregó nuevos elementos de seguridad:
Hilo dinámico.
Denominación multicolor.
Se introdujo primero el billete de $500 (27 de agosto de 2018), después se introdujo el de $200 (2 de septiembre de 2019), luego el de $100 (12 de noviembre de 2020), después el de $1000 (19 de noviembre de 2020), después se introdujo un billete de $20 (24 de septiembre de 2021)4 conmemorativo al bicentenario de la consumación de la independencia de México, para terminar con los de $50 (28 de octubre de 2021). El Banco de México diseño un billete con denominación de $2000, el cual será introducido solo si es necesaria esta denominación.5.
En 2018, se comenzó a emitir una nueva familia de billetes con diseños que resaltan la historia y la cultura de México, incluyendo personajes históricos, ecosistemas naturales y patrimonio cultural.
Conclusión
La historia de los billetes mexicanos va más allá de su función como medio de pago, los billetes de México son considerados piezas de patrimonio cultural del país, además son objetos de estudios y de colección, además ser piezas muy apreciadas por parte de numismáticos en todo el mundo.
En un mundo cada vez más digital, el futuro de los billetes en México es incierto. Sin embargo, el Banco de México ha reiterado su compromiso de mantener el papel moneda como un medio de pago seguro y confiable, mientras explora nuevas tecnologías para hacer frente a los retos del futuro.